jueves, 24 de febrero de 2011

MAL DE MOROS, CONSUELO DE...

El 63% de las reservas del crudo de petróleo; creo que eso es lo que más le importa a los políticos, empresarios y periodistas; están en Medio Oriente. Región donde se traslapan la cultura Árabe con la Religión Musulmana.

La cultura árabe no es toda musulmana, y la religión musulmana no se acaba en la región árabe. Hay árabes cristianos en Siria y Líbano por ejemplo. Irán, Turquía e Indonesia (y pronto el sur de Francia) son musulmanes pero no árabes.

La mayoría de países musulmanes tienen un régimen dictatorial, una especie de “Socialismo Musulmán”. Sus gobernantes son híbridos de Stalin con Mahoma o, para ser actual, Hugo Chávez con Ahmadineyad y los ayatollahs. Todos ellos de la internacional Socialista, por supuesto. Parece ser que la izquierda suele acompañarse de masacres. En este caso, Gadafi bombardeando a su propio pueblo.

Para hacernos una idea de estos lugares. En estos países no se puede ser homosexual, menos lesbiana o prostituta, porque te matan, ahorcado o lapidado. Me gustaría ver a organizaciones homosexuales protestar frente a una mezquita por ello. En estos lugares no puedes ser ateo o agnóstico. Si eres creyente, sólo musulmán. Católicos, hindús, protestantes, etc., sufren día a día la discriminación ya que te hacen la vida imposible por ser infiel o simplemente te queman vivo y nadie dice nada. Entre noviembre y diciembre quemaron una Iglesia en Bagdad y otra en el Cairo con más de cien muertos y ningún responsable.

En estos días esta región cobra importancia porque “El Pueblo” se subleva ante tales caudillos que se apoltronaron en su palacio a su barril de petróleo. Poder, dinero y placeres es lo que envuelve la personalidad de esta casta y los hacen frívolos. Un ejemplo es el hijo mayor de Gadafi. Quería comprarse La Juventus de Turín, el equipo más popular en el calcio italiano.

Todo empezó con Ben Alí (Túnez), luego Mubarak (Egipto), ahora Gadafi (Libia) y parece que Argelia, Marruecos, Yemen y Jordania les siguen. Como el juego de dominó irán cayendo los dictadores musulmanes uno por uno.

SIMON PEREZ, presidente de Israel y archi enemigo de los musulmanes decía en una entrevista en España:

“todo lo que vaya en el sentido camino a dar más libertad, necesariamente tiene que llevar a una situación de paz, porque la gente libre no busca la guerra…”

¿Ingenuo o resignado? Pérez debe estar pensando que fichas mover en este tablero de ajedrez tan convulso. Y, esto huele mal, muy mal.

Más allá que suba o no el petróleo; la caída de los dictadores generan un vacío de poder que será llenado ya sea por un régimen nuevo pero más despótico (como los “Ayatolas” en Iran o los “hermanos Musulmanes” en Egipto), que buscarán la guerra santa empezando por Israel seguido de Europa, o la sucesión militar (golpe de estado encubierto) como Omar Suleimán mano derecha de Mubarak que hará más concesiones con los que en realidad mandan. Pero, pensar que adviene una democracia es ser muy ingenuo o ignorante.

Pienso que detrás de todo esta Arabia Saudita, el gran Imperio Musulmán, que con su poder económico, producto del petróleo, subvenciona grupos terroristas islámicos y alienta la inmigración musulmana a Europa, siendo la que solventa la construcción de mezquitas en toda España y Francia. Todo sea por expandir el Islam. Si estas reyertas no llegan a este país o a Irán, sería un indicio que lo que sospecho es cierto.

Por otro lado, pienso que los políticos europeos, de izquierda y derecha, manejados por su pragmatismo materialista han sido cómplices de tales regímenes y no han visto que el enemigo ya está dentro y los atacaran desde sus entrañas. Y desde América, Obama sigue coqueteando con los dueños del petróleo, Alan García (Perú) esperaba rendirse a los pies de los califas en el encuentro musulmán que se canceló por estas crisis. El único despierto acá ha sido Israel, que tanto se le ha criticado por defenderse de los constantes ataques de extremistas islámicos. Ahora que la comunidad internacional se pronuncie contra el mundo musulmán de Gadafi, Mubarak y compañía, que los artistas “progres” (de izquierda) reclamen el derecho a vivir y las libertades primarias, cuando no, la justicia social.

Ojala (si Dios quiere en árabe) y Simón Pérez tenga, esta vez, razón.

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