domingo, 25 de abril de 2010

BENEDICTO XVI en el ojo de la tormenta

Quién puede negar que la Iglesia tiene enemigos. Pues los ha tenido desde que se inició, por allá, por Jerusalén; seguido de Nerón en Roma y una larga lista de Emperadores poderosos, entre ellos Napoleón, que han tratado de destruirla a toda costa.

Refresquemos la memoria remontándonos al siglo XIV, cuando Felipe IV de Francia, enemigo público de la Iglesia, mandó a prisión a los Templarios, torturándolos para que admitieran herejías de las cuales habían sido acusados injustamente. Ha de resaltar que fueron los templarios los que crearon  un sistema socio económico que llevaría desarrollar los mercados en Europa y todo el mundo hasta niveles inimaginables. Fueron los precursores de las finanzas.

En el siglo XVIII, el siglo de las luces, vio como se apagaba la luz de los Jesuitas, orden fundada por San Ignacio de Loyola, que tuvo gran éxito, no sólo en Europa, sino también en América. Fueron los Jesuitas los que protegieron a los Indígenas Sudamericanos, los que exigieron que se les tratase como seres humanos y no como simples animales útiles. Fueron Luis XV de Francia, Carlos III de España y el Marqués Carvalho de Portugal, los que demandaron y lograron disolver la orden en tiempos de la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa. Los expulsaron de dichos países y de todas sus colonias,  les expropiaron todas sus pertenencias y a muchos los mandaron a prisión.

Esto no ha parado, no se ha detenido, solo ha cambiado las formas y los medios, pero el odio a la Iglesia y a sus miembros no ha menguado, sino todo lo contrario. Además que, a los que pertenecemos a ella, no nos extraña todo esto, es más, nos preocuparía si fuera lo contrario.

“Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre” Lucas 21, 12.

Si leyéramos este párrafo:

            “…Casos de abusos sexuales salen a la luz cada día contra un gran número de miembros del clero católico. Por desgracia, no se trata de casos individuales sino de una crisis moral colectiva en una dimensión tan horrorosa y desconcertante como quizá la humanidad nunca ha conocido. Numerosos sacerdotes y religiosos son reos confesos. No hay duda de que los miles de casos que han llegado al conocimiento de la Justicia representan solo una pequeña parte del total, ya que muchos abusadores han sido cubiertos y ocultados por la Jerarquía

Podríamos pensar que es una editorial del New York Times, pero no, no es de este siglo, es de 1939, pronunciada por Joseph Goebbels (1897-1945), ministro de Propaganda de Adolfo Hitler. Todo esto con la finalidad de desprestigiar a la Iglesia ya que el Papa Pio XI el 10 de marzo de 1937 con la encíclica Mit brennender Sorge, condenó la ideología nazi.

Cuando se quiere destruir a una institución, la mejor manera es destruir la cabeza. Por eso que en estas últimas semanas, y creo que tiene para rato, El Papa Benedicto XVI ha sido victima de muchas acusaciones, que nacidos en el New York Times se han hecho eco en muchos medios, la mayoría de izquierda, como “El País” en España y la “Repubblica”  en Italia.  

Al toro por las astas. Las acusaciones son por los casos de pedofilia por parte de miembros de la Iglesia. No es falso que haya sacerdotes que hayan incurrido en ese delito, que es uno de los más repugnantes que pueda haber. La Iglesia es una de las instituciones, sino es la única, que no ha cambiado, ni cambiará su doctrina en temas de moral. Y la pedofilia, es considerada por la Iglesia, desde todo punto de vista inmoral y condenable.

Mientras que, en 1977, algunos personajes en Francia, como Jack Lang, ex ministro de cultura y de educación, y Bernard Kouchner, ex ministro de sanidad y presidente de Médicos sin Fronteras, junto a  intelectuales como Jean-Paul Sartre, Gilles Deleuze y Roland Barthes, firmaban protestando contra el encarcelamiento de tres hombres acusados de mantener relaciones sexuales sin violencia con niñas de trece y catorce años. Caso parecido a legisladores (apristas) peruanos que querían despenalizar las relaciones sexuales con menores de 14 años, dejando libre paso a la prostitución infantil. Mientras que Hollywood con sus voceros, Woody Allen, Scorsese, Almodóvar, Iñarritu entre otros, piden  excarcelación de Roman Polanski, detenido por violar a una menor de edad, los mismos se muestran críticos frente a su Santidad que ha pedido perdón por crímenes que no cometió, pero se siente responsable por ser cabeza de la Iglesia.

Las acusaciones a los sacerdotes sobre este tema, constan de mucho tiempo atrás, uno de los últimos casos que vincularon al Papa, viene de 1950, cuando Ratzinger, quizás fuera aún seminarista. El año pasado, 2009, se reportaron en los Estados Unidos 27000 (veintisiete mil) casos de abusos sexuales a menores, hay desde catedráticos hasta profesores de gimnasia ¿Por qué centrarse solo en los sacerdotes? 

Se han reportado miles de denuncias de pedofilia por parte de Los Cascos Azules de la ONU en Africa Central y nadie pide la destitución de Ban Ki-Moon, Secretario General y tampoco se publican primeras planas con su rostro y titulares con la palabra PEDOFILIA.

Hay más casos de pedofilia en pastores evangélicos que en sacerdotes católicos, hablo de los países Europeos y Norteamericanos.

Se tiene que acabar con esta lacra (la pedofilia), se debe buscar una solución a este problema que no es exclusivo de la Iglesia y tampoco es mayoritario. El vaticano ya dio su respuesta, publicando su condena a todos estos actos y diseñando un documento de lo que se debe hacer frente a estos casos.

Los demás, a parte de hablar exageradamente de los sacerdotes que incurrieron en este delito, y echar la culpa al Papa, no han hecho más, porque ellos, los medios de comunicación, no están para dar soluciones, solo para informar (mal informar) y destruir (por encargo de alguien) a la Iglesia. No les preocupa las victimas, solo la carroña.

Ante todo esto, estemos atentos con nuestros niños, que la gran mayoría de los casos de pedofilia son por parte de familiares cercanos y tristemente el 60% es de Padres a Hijos. Solo el 0,3% de todos los casos se han denunciado a sacerdotes.

Estemos atentos a la prostitución infantil, que no es secreto que personas inescrupulosas están en el negocio de la prostitución infantil la selva peruana, con el cuento de turismo sexual.

La Iglesia tiene una posición, no de ahora, de siempre, La Pedofilia es un crimen abominable, y todas las acusaciones al Papa y a la Iglesia, son infundadas, con documentos sacados de contexto y intencionadamente manipuladas. Pero eso no es el problema, el problema son las victimas que padecen esta lacra, que la Iglesia esta tratando de reparar, que el Papa Benedicto XVI se ha reunido con algunos para pedirles disculpa e incluso a llorado con ellos, como un padre lo hace con sus hijos mal heridos, le hemos visto recientemente en Malta.

Nosotros no podemos dejarnos engañar, que todo esto sirva para cuidar a nuestros niños y no para escandalizar a los que no tienen la culpa de esto. Son casi medio millón de sacerdotes que están trabajando por construir un mundo mejor, por algunos que cometieron estos delitos punibles, no podemos manchar la labor de la inmensa mayoría que lo han dejado todo por seguir a Jesús y su misión de servir a los demás.

En lo personal doy testimonio de tener varios sacerdotes como amigos, El Padre Víctor, Padre Javier, Padre Joel, y otros que no merecen que se dude de su entrega generosa por nosotros sus hijos. Y en especial Cuidar la Imagen del Papa Benedicto XVI que por ser la cabeza visible de la Iglesia tiene que cargar con esta Cruz. Pues ayudemos a cargarla.