martes, 25 de diciembre de 2007

"NAVIDAD ES JESUS"

“Hay muchas cosas que no vemos, pero que existen y son esenciales… Las cosas más profundas que sostienen la vida y el mundo, no las vemos, pero podemos ver y sentir sus efectos”

S.S. Benedicto XVI.





En estas fiestas del nacimiento del “Niño Jesús” se viven muchas experiencias singulares que cada vez me sorprenden más. Antes quizá era el hecho que la familia, la más cercana, se juntase y compartiese momentos de alegría, una comida, un baile, reventar cohetes o prender luces de bengala, etc.… Claro, es imposible no recordar la alegría, la ilusión y el ansia que acompañaba el esperar los regalos en ese día. Pero había muchas cosas más que en ese entonces no podía ver.

Ahora, en estos tiempos de modernidad, tiempos del teléfono móvil (celular), computadoras portátiles e internet inalámbrico, han cambiado muchas cosas pero la ilusión de esperar la navidad no. Antes, quizá era más difícil decirlo, ahora basta con digitar unas cuantas teclas y desearle a las personas que amamos “FELIZ NAVIDAD”.

La Navidad es para todos; contrariamente a lo que puedan pensar muchas personas al decir que hay muchos niños que no recibirán regalos y muchos hogares donde no se comerá el tradicional pavo; además esta, la lejanía de seres queridos, la enfermedad y la muerte que trae dolor y desesperanza; quizá pueda pasarnos por la cabeza que la Navidad no es para todos.




“…Mientras una cierta cultura consumista tiende a hacer desaparecer los símbolos cristianos de la Navidad ¡Sea el empeño de todos acoger los valores de las tradiciones navideñas!
S.S. Benedicto XVI.



Quizá sea que aún no vemos lo que no se puede ver con los ojos humanos, quizá nos falta elevar la mirada al cielo para ver (entender) que “NAVIDAD ES Jesús”, y Jesús es el camino la verdad y la vida.

En medio de los hombres que niegan la VERDAD y así corren el riesgo de convertirse en seres sin sentido víctimas del vacío del relativismo, es necesario afirmar que la Navidad es el nacimiento del SALVADOR, el único que puede darle un sentido pleno a mi existencia, el pequeño que le da alegría a mi corazón, paz a mi alma, fuerza a mi espíritu, claridad a mis ideales, firmeza a mis pasos y sobre todo esperanza, mucha esperanza en mis errores.

El Niño Jesús es el rostro tierno de Dios, es la prueba más sublime que Dios nos da su infinito Amor, que Dios piensa en mí y en ti. El nacimiento de Jesús, del Niño, es la llegada de la verdadera Paz, el verdadero Amor, la verdadera Alegría.

Vivimos en un mundo tan convulsionado y con tantos problemas, un mundo donde el hombre no logra convivir con el propio hombre, donde las personas mueren de hambre y son pocos los metros que los separan de aquellos que tienen para alimentar, con los más deliciosos manjares, a miles de personas y no lo hacen; vivimos en un mundo que se encierra en su egoísmo, mundo que genera hombres incapaces de salir de sí mismos para ver la necesidad de los demás. No son tiempos únicos, el egoísmo que se vive hoy en día se vivía en los tiempos que vino el Redentor, la Roma del emperador Augusto, Tiberio, Calígula etc., no era ciertamente el paraíso, sino todo lo contrario. La misma Jerusalén vivía tiempos de esclavitud y revoluciones, de injusticia y sufrimiento, de violencia y ambiciones de poder.

Hoy como entonces se puede cantar frente al pesebre: "Noche de Paz, Noche de Amor…" Porque llegó el RECONCILIADOR, para sanar nuestras heridas, para darnos esperanza, para consolar nuestras penas, para dar sentido al dolor. Para todo eso viene cada navidad el Niño Jesús. Por lo mismo la navidad es para todos, en especial para aquellos que más lo necesitamos. Viene para aquel que no tiene regalos y aquel que sufre dolor, aquel que perdió a un ser querido y para el que se encuentra solo, viene para el que tiene hambre y sed, para el que necesita vestir y vivir, para el que no tiene razón de existir y para el que vive sólo para juzgar, para el que está atrapado en sus mentiras y vive estafando, y también para sus víctimas, para los frustrados que hablan mal de todo y para los que no pueden librarse de sus odios, para ellos que el egoísmo les ha quitado su libertad. Viene por mí que aún no comprendo la verdadera dimensión de su entrega generosa y humilde.

Niño Jesús, enséñanos a ser como tú, y con la sencillez de tu vida podamos mirar con alegría este porvenir que espera de nosotros una respuesta firme y contundente, saber que contigo nace también el AMOR y la fuerza para vivir. Acércanos al corazón de tu Madre para contemplarte cada vez mejor y ver que en ti están todos nuestros anhelos, todas nuestras esperanzas.



FELIZ NAVIDAD AMIGOS