martes, 1 de noviembre de 2011

El Che y los Derechos Humanos

Si aún consideramos al Che Guevara, héroe, será fácil justificar la liberación e indemnización de los terrorista que degollaron a nuestros hermanos. Si aún consideramos al Che, héroe, será comprensible que a los que lucharon contra el terror les consideremos criminales (Como los comandos “Chavín de Huantar”). Y, si los derechos humanos, son derechos de subvencionar a los que sembraron el terror; a algunos nos parecerá que esos “Derechos Humanos” son una cojudez.

Los terroristas de izquierda; ETA en España, Alfaro Vive ¡Carajo! en Ecuador, Tupamarus en Uruguay, Las FARC en Colombia, Sendero Luminoso y MRTA en Perú; que regaron con sangre de inocentes la tierra que pisamos; intentan adquirir su ciudadanía y tienen como cómplices a los gobiernos progresistas (izquierdistas) que por esta época manejan la mayoría de países de nuestra pobre Sudamérica y algunas ONG´s de “Derechos Humanos” (que también son de izquierda).

Ernesto Guevara dejó su carrera de medicina por una aventura en motocicleta, cambió el mandil y el estetoscopio por el uniforme y el fusil. Y el muy apreciado guerrillero claudicó en su labor de curar heridas por la de ejecutar personas que no pensaban como él. Todo en nombre de la “justicia Social” y la “Igualdad”. Todos hemos visto la imagen de la boina con la estrella al medio en polos, tatuajes, afiches, bordados, grafitis y en el desván de nuestra conciencia, sin ser conscientes del terror y la muerte que dejó a su paso el honorable comandante.

No podemos negar el conflicto producto de la injusticia. Lo que decimos es que, la violencia no es el único, ni el mejor camino para resolver ese conflicto. Lo que también podemos afirmar es que sembrar el odio, incentivar el resentimiento, abrir heridas (propio de la ideología izquierdista) es un buen negocio para cohesionar un grupo y fanatizarlo.

Y para lograr esto se ayudan de la memoria, memoria selectiva y patética. No es nuevo que se quieran acordarse de lo que los conviene y olvidar su cruento legado. En España se olvidan de los asesinatos perpetrados por ETA en las cuatro últimas décadas permitiéndoles participar a las elecciones (como BILDU); pero mantienen frescas las ejecuciones durante el gobierno franquista y la guerra civil de los años 30. En Perú, mantienen fresca la matanza de estudiantes en la cantuta poniendo preso al Presidente de aquel entonces y se olvidan de los miles de muertos del terrorismo izquierdista dejando en libertad e indemnizando a los culpables. En Uruguay reabren el caso de la matanza durante la dictadura de los 70 y tienen guerrilleros tupamarus sentados en los escaños del congreso. Todo esto con un fin, de unir a los camaradas en el odio, ya que su doctrina ha caducado y sus argumentos carecen de viabilidad.
Mientras exista el ser humano, existirá la injusticia; mientras exista el ser humano, también existirá quién luche por abolir esa injusticia. Lo que no podemos aceptar es el terrorismo como parte de la solución, porque en la historia de la humanidad la violencia, siempre ha generado más problemas que soluciones.

Y como cada quién cosecha lo que siembra, no podemos permitimos debilitar a las Fuerzas Armadas y Policiales más de lo que están, no podemos permitirnos premiar a los que nos mataron y condenar a los que nos defienden, aunque lo pidan los izquierdistas de la Corte Interamericana (CIDH) que monopolizan estos derechos y lo ofrecen sólo a sus correligionarios. Luego, si lo hacemos, no podremos ni deberemos quejarnos de la tímida o nula presencia de estas instituciones cuando más las necesitemos.

En cuanto al Che. Será difícil derribar el mito, la mentira propagandística se impone a la realidad histórica. Sería genial que la CIDH pida reabrir los casos de violación de derechos humanos que provocó este guerrillero. 

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