lunes, 15 de diciembre de 2008

UN PRESIDENTE LLAMADO SARKOZY: Francia necesita católicos convencidos...

Hace casi un año, Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, era investido canónigo de honor en la basílica ¨San Juan de Letrán” en Roma, título otorgado a los gobernantes de Francia. La historia se remonta desde el bautismo de Clodoveo, rey de todos los francos (496 d.c.), primer rey europeo que se convierte al catolicismo y formalmente a partir de Enrique IV (s. XVI). En la actualidad, desde Charles de Gaulle hasta el masón Giscard d'Estaing, salvo François Mitterrand, casi todos los presidentes de Francia recibieron este título honorifico.


Sarkozy se ha caracterizado por hablar claro y fuerte. Su papel en el G – 20 último, fue de suma importancia, llevando a España y Holanda a dicha reunión y el mismo como presidente de la UE. Su lucha frontal ante la ola de violencia que vivió París por protestas de inmigrantes musulmanes, su acción contra la guerrilla colombiana a favor de los secuestrados, entre otras cosas.

En Europa, en España con mayor fuerza, últimamente se vive una tendencia de promover un estado laico, sin saber exactamente lo que significa esa palabra. ¿Laicismo o laicidad? Son términos que encierran ideología y represión en algunos casos.

El laicismo permite una neutralidad del estado, dejando claro, que el cristianismo es considerado un valor positivo que permite a los ciudadanos vivir más realizados. La laicidad es un programa para desterrar a la iglesia de todo ámbito social y cultural, reduciéndolo a la prédica en los altares.

¿Qué es lo laico? Pues separar, diferenciar radicalmente, el cielo de la tierra. Desde la creación, Dios permite que el hombre actúe desde su inmanencia, en libertad. El cristianismo es una religión laica, la primera. Hegel decía ¨es más que una religión” porque separa el cielo de la tierra.

El cristiano quiere salvarse e ir al cielo. Pero, su salvación se la juega en la tierra. "DAR A DIOS LO QUE ES DE DIOS Y AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR”. Los católicos estamos llamados a transformar todo ámbito humano (político, cultural, artístico, educacional, económico, etc.) en una civilización del amor. Desde los altares al mundo entero.

Sarkozy, en ese entonces nos decía:

¨En este mundo paradójico, obsesionado por
el confort material y que al mismo tiempo busca cada vez más el sentido y la identidad, Francia necesita católicos convencidos que no teman afirmar lo que son y en lo que creen…”


Fue en Francia, durante la revolución donde se planteó la República Laica. Los Ilustrados se empeñaron en hacer una religión fuera del cristianismo y los socialistas trataron de remplazarlo por la religión atea, la “Religión Marxista”. Desde ese país, Sarkozy reivindica a la Iglesia Católica en su labor a favor de la cultura en toda Europa, y desde allí a todo el globo.

" ...la laicidad no podría ser la negación del pasado. La
laicidad no puede cortarle a Francia sus raíces cristianas. Ha intentado
hacerlo; no habría debido. Como Benedicto XVI, yo considero que una nación que
ignora la herencia ética, espiritual, religiosa de su historia, comete un crimen
contra su cultura, contra esa mezcla de historia, patrimonio, arte y tradiciones
populares que impregnan tan profundamente nuestra manera de vivir y de pensar.
Arrancar la raíz es perder la significación, es debilitar el cimiento de la
identidad nacional y secar aún más las relaciones sociales, que tanta necesidad
tienen de símbolos de memoria..."

Algunas palabras del discurso de Sarkozy en la visita de cortesía de Benedicto XVI al Presidente de la República, y el encuentro con las autoridades del Estado en el Eliseo, el 12 de septiembre del 2008.
Su presencia, Santo Padre, les proporciona a
todos los católicos una alegría intensa y suscita mucha esperanza...

Los católicos quieren poner toda su energía
al servicio de su fe…

El dialogo entre la fe y la razón, no solo
no ha cesado de mantener la compatibilidad entre ellas, también piensa que
la especificidad del cristianismo, no es desafiable de que encuentre los
fundamentos del pensamiento griego…

Hago un llamado a una laicidad positiva, que
respete, que una, que dialogue, no que excluya, que denuncie… Es un reto de la
democracia moderna, la laicidad positiva…

La moralización del capitalismo financiero,
el crecimiento no es un fin en si mismo, crecer por crecer no tiene sentido…
sólo tiene sentido cuando mejora la vida de los ciudadanos, que la gente puede
desarrollarse, esto esta en el corazón de la doctrina de la Iglesia, por eso
debemos escucharlo Santo Padre...

A Lourdes se va buscando la cura del cuerpo
y se vuelvo con la cura del alma…

La dignidad Humana, la Iglesia no para de
defenderla de proclamarla. ¿Cómo protegerla cada vez más? Es una gran
interrogante…

El éxito de Europa no llegará si se olvida
de la dignidad humana…
Asegurar nuestras raíces cristianas…
La Bioética, la tolerancia, el respeto, el pluralismo religioso y filosófico, la inmigración, el fanatismo, la relatividad, entre otros son los temas que toca en este discurso.

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