domingo, 20 de septiembre de 2009

¿Qué es ser provida?

Ser provida es defender la vida de los demás desde su inicio a su término como el valor básico sobre el que se asienta la convivencia en sociedad. Los provida no solo opinamos que la vida comienza en la fecundación y acaba en la muerte natural sino que nos comprometemos en obras y acciones para proteger el derecho a la vida de todo ser humano concebido y el derecho a una muerte digna y no procurada de todo enfermo terminal.


Ser provida es un compromiso vital que mueve a la acción, por eso a los provida se nos nota nuestra condición.


Se nos nota, en primer lugar, en que nos asociamos para procurar la liberación de tantos seres humanos que se encuentran indefensos ante la violencia que se ejerce contra ellos para causarles la muerte.


Nunca antes en toda la historia de la humanidad una idea, la de que la vida de los más débiles depende de la opinión de los que tienen poder sobre ellos, había causado tanta muerte y tanta injusticia como ahora.


Las víctimas se cuentan por millones y la mayoría de los estados miran para otro lado a la hora de proteger y defender el más básico de todos los derechos. Ante esta situación los provida nos juntamos: unimos nuestros esfuerzos a los demás para representar un impulso eficaz que salve vidas. El provida no va por libre defendiendo una opinión personal: se une a otros para hacer frente a una de las mayores injusticias de que ha sido testigo la historia humana.


Los provida, por otro lado, predicamos también con el ejemplo. Nuestro compromiso con la vida se nota en que la cuidamos y respetamos integralmente. Por eso rechazamos todo aquello que ponga la vida humana en situación de riesgo evitable: tanto la propia como la de todos. Sería incoherente que un provida adoptase rutinas, hábitos y vicios que desdicieran lo que afirma defender. Así, un provida rechaza las drogas por respeto a su vida, rechaza superar los límites de velocidad por respeto a la vida de los demás, y rechaza el deterioro medioambiental por respeto a la vida de todos. Pero, además, la coherencia va más allá de sus acciones y llega también a sus opiniones: un provida no puede estar a favor de la pena de muerte, ni de la violencia mortal en ninguna circunstancia.


A los provida se nos nota nuestra condición, en tercer lugar, en que respetamos sobremanera la maternidad. Por un lado fomentamos el apoyo al entorno que mejor procura la concepción: el compromiso de amor en la familia estable. Por otro lado hacemos todo lo posible para aliviar la situación de angustia que a veces puede sobrevenir ante un embarazo inesperado. Pensamos que el respeto a la maternidad comienza y se fundamenta en la educación y pasa necesariamente por la ayuda a las madres gestantes. Los providadefendemos una educación para el amor y la responsabilidad que fomenta el autodominio. Asímismo, apoyamos con todos nuestros recursos y energías los centros de acogida a la vida que hemos contribuido a formar allí donde desarrollamos nuestra labor.


En cuarto lugar, por último, a los provida se nos distingue en la medida en que aspiramos a fundamentar nuestra misión mediante una continua actualización del conocimiento y en que dispensamos y regalamos nuestras ideas sin descanso. La formación y la difusión permanentes forman parte de la razón de serprovida y es en el ejercicio racional donde encontramos justificación para nuestros desvelos. Por esto pensamos que nuestro compromiso social y público rinde un servicio inestimable al avance de la ciencia y al desarrollo humano. No existe progreso posible que no tenga la vida como fin. Por el contrario sabemos que la mediatización y el consumo de vidas para cualquier interés rinde a la ciencia que lo ampara esclava de la tiranía y abre la puerta a la más cruenta de las dictaduras y a la opresión.


Los provida nos sabemos rebeldes. No nos conformamos con la impunidad que ampara el desprecio a los más débiles y queremos cambiar este estado de cosas. Nuestro proyecto no es de ningún partido o iglesia sino un reclamo de dignidad universal que ampara la justicia y que debe proteger el derecho. Nos damos cuenta de que hay mucha gente de acuerdo con nosotros y queremos invitarles a defender la vida con su vida. Los provida lo somos independientemente de nuestra opción política, religión, renta, procedencia, o capacidad. Queremos alumbrar un nuevo mañana que respete al ser humano sin importar su etapa de desarrollo, su edad, sus características físicas o psíquicas, su salud y su origen, y este mañana pertenece a todos. Si no lo has hecho ya, únete a nosotros: muchas vidas te lo agradecerán de por vida.

Autor: José Pérez Adán

martes, 1 de septiembre de 2009

TONY BLAIR: “Tenía la sensación de estar volviendo a casa”

El ex primer ministro británico Tony Blair, en su intervención en el “Meeting” de Rímini, hizo referencia a su conversión al catolicismo y aseguró que cuando “se preparaba para entrar en la Iglesia católica, tenía la sensación de que estaba volviendo a casa”, y explicó que su conversión fue facilitada por su mujer y que percibió que la Iglesia católica era su casa “no sólo por la doctrina o el magisterio sino por su naturaleza universal”.

Ante las 15.000 personas que asistían al “Meeting” de Rímini, un encuentro anual organizado por el movimiento Comunión y Liberación, este año con el lema “Persona, comunidad y Estado”, Tony Blair recordó su experiencia de 10 años de gobierno y afirmó que el Estado es mejor cuando se une a los individuos y no cuando los sustituye. Y añadió que “el Estado debe organizar servicios público, pero no es necesario que siempre sea él quien los gestione”, además aseguró que es necesario buscar un equilibrio entre los servicio públicos y la libre elección.


El ex primer ministro tuvo palabras de elogio para la Fundación para la Subsidiariedad, una de las organizaciones creadas por personas vinculadas a Comunión y Liberación, y sugirió que el trabajo a favor de la subsidiariedad está en sintonía con el modo que él ha tenido de hacer política.

Continuó señalando la necesidad de conceder más espacio a la sociedad civil y recordó que muchas obras de la Iglesia realizan servicios a favor de los enfermos o de los que están solos. “Sin nuestra Iglesia –refiriéndose a la Iglesia católica- en África muchos no tendrían esperanza, no tendrían vida. Espero que se hable más de estas obras buenas que se realizan”.

Blair afirmó que las personas tienen que ver el Estado del Bienestar como una ayuda y no como un obstáculo, y que el Estado no debe sustituir la responsabilidad personal. “Lo peor que se le puede hacer a una persona es hacerla demasiado dependiente del Estado cuando no es necesario”. Blair destacó también la importancia del principio de subsidiariedad. “El poder que se ejerce desde abajo es el mejor poder”. Y subrayó el papel de la sociedad civil.

Además comentó que “una sociedad, para ser armoniosa, tiene que dejar espacio a la fe. La fe nos enseña una responsabilidad para con los que nos rodean”. El ex primer ministro advirtió del peligro de un Estado potente que sustituya a la sociedad civil y afirmó que la fe amplía y enriquece la idea de la comunidad social. El ex premier británico citó a lo largo de su intervención en varias ocasiones la encíclica Caritas in veritate e incluso agregó que “la encíclica merece la pena leerla y releerla, es un contraataque al relativismo”.

Asimismo, señaló que el mensaje de la encíclica, en que se afirma que sin Dios el hombre no sabría adónde ir, es importante para un mundo globalizado como el de hoy, y sostuvo que un mundo globalizado, para que no se deje dominar por el poder, tiene que tener una fuerza de contrapeso que busque el bien común. Hizo hincapié en que la Iglesia universal, que es un modelo de institución global, tiene que entrar en juego para afrontar los problemas planteados por la globalización. Y aseguró que “la Iglesia puede ser la voz espiritual que impida que nos hagamos esclavos de la globalización”.

Respecto a los retos de una sociedad multicultural, dijo que la globalización nos hace encontrarnos con más gente, pero que es necesario mantener nuestra característica identidad, es necesario “respetar las raíces judeo-cristianas de los países de Europa. También hay que pedir respeto a la identidad de nuestros países, que se formó a lo largo de milenios”.

Según Blair, a menudo la religión es vista como fuente de conflicto y tenemos que demostrar que la fe se empeña en construir la justicia. De este modo, mostraremos el verdadero rostro de Dios, que es amor y compasión. “La fe no es una forma de superstición, sino la salvación para el hombre. No es una fuga de la vida. La fe y la razón están aliadas, nunca en oposición. Fe y razón se dan apoyo, se refuerzan, no compiten. Por eso la voz de la Iglesia es escuchada, la voz de la fe siempre debe ser escuchada. Ésa es nuestra misión para el siglo XXI”.


También hizo referencia a la cuestión del proceso de paz en Oriente Medio: “Israel debe tener garantizada su seguridad y los palestinos deben poder contar con un Estado independiente”. Concluyó su intervención afirmando que “sería un gran signo de reconciliación y esperanza si Tierra Santa fuera un lugar para la reconciliación y la paz”.

Para terminar, lanzó un mensaje a los 15.000 asistentes: “Con la humildad de un recién llegado a la Iglesia, les digo que los mejores días para la fe en Dios están todavía por llegar”.

Fue despedido por el entusiasmo del público que puesto de pie rubricó sus palabras con un largo aplauso.


Rímini (Italia), 31 Ago. 09 (AICA)