domingo, 4 de enero de 2009

2009: Tiempos nuevos, nuevas metas

(En Nueva York, el Papa toca la bandera de la ONU en la sede de la organización presente en esa ciudad el 18 de abril. La bandera estaba en la sede de la ONU en Bagdad, Irak en el momento en que un camión bomba explotó en un atentado en el que murieron 17 personas)

No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran
idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un
nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.
Benedicto XVI, "Deus Caritas Es"

Se podría empezar el año haciendo un recuento de lo que pasó en el anterior. ¿Es importante? Si, si lo es. Pues lo que viene para el presente año, no son asuntos aislados de lo que aconteció el 2008 o quizá de antes. Ver el pasado, sólo para vivir el presente con intensidad y afrontar el futuro con realidad; sino, quizá estemos navegando sin brújula, sin ver la estrella polar.

Lo que aconteció este año que pasó (2008), luego de la “Gran Crisis Mundial”, de los conflictos entre Georgia y Rusia. En política, la victoria del psoe en España, de los demócratas en Estados Unidos (Obama). En deportes, las “Olimpiadas en Beijin” y las ocho medallas de Phelps, de la Eurocopa, la Davis, y todas las victorias de Nadal si hablamos de tenis o del Inter de Milan que no deja la punta en el “Calcio Italiano” o de la basura en el puerto de Nápoles del mismo país, y me refiero a la que Berlusconi mando a limpiar y a la que no se puede limpiar, pero fue denunciada por Roberto Saviano en su novela “La Camorra”, sobre la mafia napolitana. No terminamos de pasar de año y nos ponen la cereza en la torta, Israel invade la Franja de Gaza.

El dos mil ocho, el mundo giro tres cientos sesenta y seis veces sobre su eje, 366. Este año lo hará solo 365. Pero son más, muchas más las formas de ver la vida, y se a puesto de moda, la tolerancia y el relativismo.

Fue Benedicto XVI a quien seguí, con gran entusiasmo, este 2008 que pasó. Desde Estados Unidos, Sídney en Australia, hasta Francia; El Santo Padre ha resaltado el valor de una VIDA CRISTIANA que aporta al mundo las respuestas fundamentales para entender nuestra existencia, y el sentido de Ser Humanos.

Ciertamente, cuestiones de seguridad, los objetivos del desarrollo, la reducción
de las desigualdades locales y globales, la protección del entorno, de los
recursos y del clima, requieren que todos los responsables internacionales
actúen conjuntamente y demuestren una disponibilidad para actuar de buena fe,
respetando la ley y promoviendo la solidaridad con las regiones más débiles del
planeta. Pienso particularmente en aquellos Países de África y de otras partes
del mundo que permanecen al margen de un auténtico desarrollo integral, y corren
por tanto el riesgo de experimentar sólo los efectos negativos de la
globalización…
…La promoción de los derechos humanos sigue siendo la
estrategia más eficaz para extirpar las desigualdades entre Países y grupos
sociales, así como para aumentar la seguridad. Es cierto que las víctimas de la
opresión y la desesperación, cuya dignidad humana se ve impunemente violada,
pueden ceder fácilmente al impulso de la violencia y convertirse ellas mismas en
transgresoras de la paz.


DISCURSO DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI a la ONU.
Nueva York, Viernes 18 de abril de 2008

Hay un programa para el mundo de hoy, es el de construir cada día LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR. Cada día de este 2009 tiene que estar plagado de conciencia sobre estas realidades. Es patético ver como la avaricia y la codicia ha llevado a todo el globo a pender de un hilo, me refiero a la gran crisis mundial. ¿Quiénes pagaran la factura? Siempre la cuerda se rompe por la parte más débil. El Papa lo resalta: “…. Pienso particularmente en aquellos Países de África y de otras partes del mundo que permanecen al margen de un auténtico desarrollo integral, y corren por tanto el riesgo de experimentar sólo los efectos negativos de la globalización…”

El amor, traducido en el servicio solidario a los más necesitados. Eso es construir una civilización del amor.

“Ciertamente, la sociedad hoy está siendo fragmentada por cierta forma de
pensamiento que tiene una inherente visión corta, debido a que no toma en cuenta
un horizonte lleno de verdad, la verdad acerca de Dios y acerca de nosotros.
Debido a su naturaleza, el relativismo falla cuando desea ver todo el panorama,
pues ignora los verdaderos principios, los que nos permiten vivir y florecer en
unidad, orden y armonía”.


Benedicto XVI - JMJ Sydney , julio 2008

El gran enemigo de nuestro tiempo, está en nosotros mismos. Ese enemigo es tan peligroso, como mortal. Ya que no podemos fácilmente identificarlo y se cuela, matando poco a poco a sus víctimas, por donde menos lo esperas. Ese enemigo, el de estos tiempos, se llama RELATIVISMO. Ese relativismo que considera que la verdad depende o está en relación con el sujeto, persona o grupo que la experimenta, y considera como algo descabellado y retrogrado pensar que haya una verdad única y universal.

Sería bueno deslindar con las falacias vertidas; a propósito, a veces y por ignorancia otras; que confunden a los hombres, justificando una relatividad del pensamiento con la Teoría de la Relatividad, que es una teoría física y de gran importancia en ese campo. Seguro estoy que no hubiera podido esta civilización tener los logros que tiene, si al gran Einstein no se le hubiera ocurrido estas cosas.

Una regla de la teoría de la relatividad, es que el “movimiento depende del (o es relativo al) punto de referencia”. Tiene mucho sentido esto. Si estoy en un paradero del bus con una persona al lado, viene el bus, esa persona sube y parten. ¿Podemos decir que el chofer se aleja? Pues depende, o mejor dicho, eso es relativo. Si yo soy el punto de referencia, el chofer se aleja, pero si el punto de referencia es la persona que subió, el chofer no se aleja.

La teoría de la relatividad puede ser, tan simple como eso o tan complicada como quiera cualquier hombre de ciencia. Cuenta Jacques Maritain, que escucho a Einstein en unas discusiones científicas en Francia y le llamo la atención como respondía a ciertas preguntas: “¿Qué significa eso para mí, que soy físico? Indíqueme un método determinado para tomar físicamente ciertas medidas, mediante las cuales cierto resultado observado reciba cierto nombre; sólo entonces sabré lo que usted quiere decir”.

Son muchas las personas que se agarran de esta teoría para justificar su relativismo moral y ontológico. Hablan con gran autoridad seudocientíficos, sobre la relatividad, que lo único que no cabe duda y no es relativo, es que de relatividad saben casi nada.

Pero al hombre no se le puede medir sólo con parámetros científicos positivistas (cuantitativos). Hay realidades del hombre donde la ciencia no llega, no sólo por deficiencia, sino por ineficacia.

La tarea de este año entonces será, combatir ese relativismo que está dejando a las personas sin moral y destruyendo familias enteras. No la de Einstein, sino la de Nietzsche. Tarea, conocer la verdad, no la que está en mí, porque yo no poseo la verdad, diría mejor parafraseando a un pensador católico: “DEJARME POSEER POR ELLA, LA ÚNICA VERDAD”. Porque sin ella este mundo seguirá caminando a ciegas hacia un futuro incierto. Lo podemos ver en el telediario, en los magazines, el mismo lugar donde vivimos, todos los días, compiten por ser cada vez más desgarradoras que la anterior.

“ … El Espíritu Santo dirige nuestros pasos para seguir a Jesucristo en el mundo
de hoy, que espera de los cristianos una palabra de aliento y un testimonio de
vida, que invite a mirar confiadamente hacia el futuro…”


Benedicto XVI - JMJ Sydney , julio 2008

Pues entre tanto relativismo, yo me ponía a pensar, que no es muy usual. “ Si hay que tener un punto de referencia en este mundo, cada quien escogerá el suyo desde luego, pues yo elijo, sin temor, sin dudas y sin vacilaciones a la CRUZ como mi punto de referencia”.


"Stat crux dum volvitur orbis"
La cruz permanece firme, mientras el mundo da vueltas
Lema Cartujo.